Venían en cadena,
las naves del insomnio.
El pelo encanecía
de recitar poemas.
Y yo, era el mar y el mar,
era bueno conmigo.
Venían en hilera
todos los pensamientos.
La luz, era amable
y alumbraba el poniente.
Venían en hilera,
la ausencia y el olvido.
Amorosa, esperaba
las sombras en la noche.
Y yo, era el amor.
Y Dios,
era bueno conmigo.
- Autor: Lucía Gómez ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2024 a las 12:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
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