La noche encefálica aprieta las almohadas
del silencio interrogativo,
que indaga dónde yacen las calles
de la muerte.
Bajo la madreperla insomne de la meteorología,
una lluvia se goza y se enreda,
bailando sus hastíos.
La tarde se desploma, nerviosa como goleta,
y ya nada se puede evitar:
las aguas exudan dolores
cada vez
que un pez somnoliento las hiere.
Una lágrima se ahoga
en corrosivas polisemias,
en soles pugilísticos
y leyendas de verbos sangrantes.
¿Quién sutura mis heridas,
las que abrió el golpe vanidoso de un sánscrito
requiebro?
Ivette Mendoza Fajardo
- Autor: Ivette Mendoza Fajardo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2024 a las 15:30
- Comentario del autor sobre el poema: Poema Vanguardista
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, Marco Gutierrez Jaldin
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