Un día del envejecido otoño
lluvioso y colmado de neblina
la vi parada en una esquina
parecía una flor de reciente retoño.
Sus ojos de cristal labrado
sus labios de aroma encarnado
me dejaron muy impresionado
quedé para siempre encantado
Su talle resaltaba su belleza y finura
Y su caminar simulaba ola caprichosa
resaltada por su tierna sonrisa
colmó mi alma de infinita ternura.
Verla allí como una bella escultura
era un regalo para los ojos
que sin querer me llenó de antojos
invitaba a amarla hasta la sepultura.
Con pasos cansinos y aletargados
fui de cerca a admirarla
en cuerpo y alma merecía amarla
y la amé con los ojos cerrados.
La vi parada allí un día sin nombre
jamás dejaré de idolatrarla
sólo es posible quererla y amarla
es la promesa de un gentil hombre.
Lima, noviembre 5 del 2024
DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR
- Autor: JAVIER SOLIS ( Offline)
- Publicado: 6 de noviembre de 2024 a las 13:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Sergio Alejandro Cortéz
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