Silencio aterrador

surcando los momentos

Un silencio aterrador me rodea,
como sombra espesa, como hielo amargo,
y en su abrazo frío, el recuerdo se queda,
del amor perdido que aún llevo en mis manos.
 
Es un vacío inmenso, un abismo sin eco,
un susurro roto que no sabe hablar,
una ausencia que grita, un eterno lamento,
una herida que el tiempo no quiere sanar.
 
La noche se alarga en su oscuro mutismo,
las estrellas se apagan, se oculta el valor,
y en cada rincón de este abismo infinito,
se esconde el fantasma de un viejo calor.
 
Tus palabras se fueron, tus promesas también,
dejando solo el hueco de lo que un día fue,
y en este silencio que abraza mi piel,
se ahogan los sueños que no alcancé a ver.
 
Los días se arrastran en lenta agonía,
las horas se clavan como cuchillas sin piedad,
y el eco sutil de tu risa vacía
es un viento sin rumbo en la inmensidad.
 
¿Dónde quedó el calor que habitaba tus manos?
¿Dónde la voz que mi alma envolvía?
Hoy solo queda el vacío lejano,
y un frío silencio que nunca termina.
 
Así es el luto de un amor que se ha ido,
un eterno silencio de penas sin nombre,
un abrazo invisible que quiebra el sentido,
y una soledad que nunca se esconde.
 
Es mirar al futuro sin luz ni sendero,
es sentir que los días se han vuelto ceniza,
es vivir con un peso inmenso y sincero,
que arrastra el alma, que la hace trizas.
 
Pero aún en el fondo de este oscuro tormento,
en el eco de un nombre que ya no está aquí,
queda el recuerdo como un juramento,
de que una vez amé, y viví junto a ti.
ddd53
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