Māyā

Ela.

No he hallado en dónde saberme libre

amarrados mis pies siempre tras esos amores

extrañísimos vestidos que usa el cautiverio

 

Ilusión y engaño trabajaban juntos 

cuando en la garganta se anudaban preguntas 

¿será que puedo quedarme en silencio?

para observar la basura verterse en el suelo

para callar la voz que se apega al lamento

para desimaginar el recuerdo

desdibujar mis pasos

y volver al comienzo.

 

 

 

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