Se derrumba la torre
de sangre, fuego y piedra.
Las aguas, invadiendo,
iban cerrando puertas
para las soledades.
Para las pestilencias,
era la hora perfecta
y las ratas hicieron
su asquerosa presencia.
Los ángeles gloriosos
le robaron la malicia a los diablos,
y sus bocas, como pútridas ciénagas
copularon con los lagos azules
para engendrar bulos, difamaciones,
y groserías camufladas de miel.
- Autor: El (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de noviembre de 2024 a las 09:12
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: La Bruja Irreverente, WandaAngel, Josué Gutiérrez Jaldin, CARLOS ARMIJO R...✒️, Eduardo Rolon, Sergio Alejandro Cortéz, Antonio Pais, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, El Hombre de la Rosa
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