Caminaba de noche,
intentando no escuchar el llanto,
la súplica constante de las lámparas.
Intentando no mirar las hendiduras
que dejan las estrellas en el lienzo negro
Hay un frío penetrante, efusivo,
que atraviesa el instante,
convidando una sensación de infinito,
convirtiendo cada sueño en lágrima,
cada realidad en metáfora,
como si la noche fuese un túnel,
colmado de palabras vacías,
en donde brotan muertos,
afables, sonrientes, graciosos.
Nadie me dijo que tenía que abrir los ojos,
que aun abriéndolos todo seria negro.
Que la noche abruma cuando no se tiene esperanza.
Que la esperanza muere entre temores y egos.
Nadie me dijo que tenía que cerrar los ojos,
para mirar hacia adentro y no hacia arriba.
Que los esqueletos no sienten el frío.
Que los cuerpos no temen a la noche.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de noviembre de 2024 a las 10:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Pilar Luna, JAGC, Josué Gutiérrez Jaldin, Sierdi, Eduardo Rolon, Lualpri, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, Paris Joel, Jorge Izquierdo, Sergio Alejandro Cortéz, JoseAn100, JUSTO ALDÚ, pasaba
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