En el sendero de la vida, la palabra divina es luz,
un faro que guía los pasos del errante azul.
Como un farol en la noche, como estrella en el mar,
ilumina el camino, nos enseña a caminar.
La verdad de un Reino eterno, un tesoro sin igual,
oculto en la vastedad de un campo celestial.
No es oro ni es plata lo que allí se ha de hallar,
sino una promesa de paz, un futuro sin pesar.
El hombre del campo, en su búsqueda no pensó,
más al descubrir el tesoro, su corazón se inundó.
De gozo y esperanza, su alma se llenó,
y por ese Reino oculto, todo lo demás dejó.
Porque el valor de ese Reino no tiene comparación,
ni con las riquezas efímeras de nuestra vana creación.
Es la alegría de servir, de unirse al divino amor,
de vivir en armonía bajo su celestial favor.
El sacrificio es pequeño ante tan magna visión,
de una amistad con Jehová, de una eterna unión.
Es un honor inmenso, ser llamado su amigo,
y en cada acto de bondad, agradar al Padre divino.
Así, la palabra es lámpara, la verdad es un tesoro,
y en la fe encontramos el más valioso coro.
Cantemos pues al camino que ante nosotros está,
con la palabra por guía, en la eternidad brillará.
- Autor: Yeshuapoemario ( Offline)
- Publicado: 11 de noviembre de 2024 a las 12:05
- Comentario del autor sobre el poema: Tu palabra es una lámpara para mi pie y una luz para mi camino (Sal. 119:105). Las buenas noticias del Reino de Dios también forman parte de la verdad de la Biblia. Jesús comparó la verdad del Reino a un tesoro escondido. Dijo: “El Reino de los cielos es como un tesoro que estaba escondido en un campo y que un hombre encontró. El hombre lo volvió a esconder y, de la alegría que le dio, fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo” (Mat. 13:44). Como vemos, el hombre no andaba buscando el tesoro. Pero, cuando lo halló, hizo un gran sacrificio para quedarse con él: vendió todo lo que tenía. ¿Y por qué hizo eso? Porque entendía que aquel tesoro valía mucho. Sabemos que nada de lo que este mundo nos ofrece se compara con la alegría de servir a Jehová ahora y con la esperanza de vivir para siempre bajo el Reino de Dios. Cualquier sacrificio que hagamos con tal de tener una amistad estrecha con Jehová vale la pena. Ser sus amigos es un gran honor. Y nada nos da más alegría que agradar a Jehová en todo (Col. 1:10). w22.08 15 párr. 8; 17 párrs. 9, 12. Examinemos 2024
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Alberto Garzón, Eduardo Rolon, Josué Gutiérrez Jaldin, Antonio Pais, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.