Graduación

Salvador Galindo

Cuéntame esas historias que muero por escuchar sobre las cosas que has hecho y deshecho

Tan increíbles como deben ser, tan inverosímiles como creo que son

Arrojas lo mejor de ti misma contra mí como la excusa perfecta,

el instinto de una relación de protocolo.

Tus historias un anillo barato y desventuras

Construidas de acuerdo al residuo de la autocomplacencia.

Succionando en mi cerebro me deshaces a medida que lo hago

cayendo en valores ambiguos, renaces entre rumores

dando vuelta la tabla las mentiras encuentran su recreo

dando vuelta la página simplemente das vuelta la página.

Una terapia de choque, una escena de aquellas

esperando que me arranques de ti, absorbiendo al mismo tiempo mi versión de las cosas

Revelo tus miedos con la posibilidad de hacer alguna diferencia de sentido

Pero esto, ese silencio, esa distancia, no parece tener sentido.

Sería vehemente pero no lo soy ni seré el rey de la impostación.

Veo que cuando miras hacia donde sueles hacerlo lo haces con una mirada que se extravía por su sola libertad

Volvemos entonces a las viejas conversaciones guardadas en la mensajería

como en un arte perdido que rescatamos de nuestros insomnios

en la mente vistiendo una escena de moda para no desentonar con el mantra de la noche

Nos convencemos de que deshacer lo que hemos hecho será quizá una manera de hacer alguna diferencia

Aunque la palabra futuro suene a mitología,

y las palabras nunca dichas vengan a reclamar su imperio más íntimo

En esta ocasión frente a lo que solía ser nuestro jardín

Hurgando en el meollo de lo que no alcanzó a expresarse pero que guarda la posibilidad del significado

Nos hemos querido tanto que ni siquiera queda espacio para deshacer lo querido

Y esa semilla ya creciendo no puede con su virtud simplemente opacar la oscuridad secreta que habíamos cultivado

Ahora que es tiempo de cambiar de folio

Ahora que es tiempo de coronar nuestros errores, ya es la hora de la graduación

Y no puedo sino volver a abrazar lo que de ti se ha ido

Viéndote crecer mientras la que alguna vez quise

Vuelve obstinada a la sombra de lo que, inexorablemente, dejó de ser.

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