En el medio del océano
hay un abismo insondable,
con diez mil metros de fondo
en sus simas abisales;
quedarían sumergidos
allí en sus profundidades
los picos del Himalaya
y las cumbres de los Andes.
Al final de la galaxia,
donde no es imaginable
que el hombre llegue algún día
brillan estrellas fugaces,
que diez mil años demoran
en enviar su luz de viaje,
por distancias imposibles
de caminos siderales.
Entre tu y yo , diez mil días
son una brecha insalvable,
entre otoño y primavera,
entre tibieza y glaciares,
entre comienzos y fines,
entre sueño y realidades.
es vacío profundo
que nunca puede llenarse,
ni siquiera con el fuego
que me quema al contemplarte,
cada vez que al ver tus ojos
se me perfuma la sangre.
No puedo libar el néctar
de tu corola fragante,
porque el frío del invierno
ya resecó mis estambres,
y cuando en tu alma amanece
cae en la mía la tarde.
Pero, al mirarme en tus ojos,
mi piel bulle de huracanes,
el fulgor de tu sonrisa
se hace torrente en mi carne
y me sacude el espíritu
un latir de tempestades.
Mas, sin embargo no puedo
otra cosa que soñarte,
con sueños de mil caricias,
de besos interminables,
de recorrerte la piel
y en su perfume ahogarme,
de llegar al paraíso
nada más que con mirarte,
por el sendero infinito
de tus ojos celestiales.
- Autor: julio0302 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2024 a las 17:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago AlboHerna, Josué Gutiérrez Jaldin, Antonio Pais, Eduardo Rolon, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
hay abismos infinitos
q el amor los hace finitos
en su incomprensible prodigio
de sueños y mitos
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