Fuimos dos mundos distintos,
dos miradas diferentes,
con una gran barrera en la edad,
tú eras una niña y yo un adulto,
tu te aprestabas a conquistar la vida
yo llevaba en mis hombros algunos años.
Los dos con diferentes pensamientos,
xx tu cromosoma, xy el mío,
tú el agua yo el aceite,
¡fuimos tan distintos!
Nuestras contexturas físicas,
Nuestra estatura,
tu progesterona y yo testosterona,
tu tan sensible e intuitiva,
siempre en tus labios una sonrisa
yo un poco terco e indiferente.
En nuestra incompatibilidad
fusionamos dos mundos antagónicos,
logramos armonizar nuestros sentimientos,
y en un momento se fundió nuestros sentimientos
e intentamos unirnos los dos en un solo amor
a nuestra manera nos amamos de verdad,
en ocasiones necesitamos,
navegar en un mar de paciencia,
un gran sacrificio para entendernos,
y compartir de un amor mutuo.
En nuestra alcoba logramos la entrega
los dos mundos antagónicos se fusionaron,
y dimos paso a la vida de un gran amor,
Anthony Enrique es la bendición que Dios nos dio
nuestros mundos diferentes se llegaron a armonizar.
¡Gracias por esa dulce entrega!
Demostrando que para amarse no hay edad
Ni necesitamos ser iguales…
EL ERMITAÑO SOÑADOR
- Autor: El Ermitaño Soñador (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de noviembre de 2024 a las 05:37
- Categoría: Triste
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, Antonio Pais, Eduardo Rolon, Josué Gutiérrez Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa
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