Querida

Loresita

Querida, no sé cómo iniciar, cómo decírtelo, cómo expresarlo. Lamento la demora, pero mis sentimientos están todos alborotados. Desde aquel cálido beso, he pensado en nosotros y, por ende, en mí mismo; me he cuestionado muchas cosas, y esas preguntas me aterrorizan.

 

Quiero comenzar aclarando un par de cosas:

 

Chiquilla, la adoro como nadie más podría, y es por esa razón que he decidido alejarme de su vida. No me malinterprete, usted no ha hecho nada malo. El error ha sido mío.

 

Verá usted, nunca he sido amado. Nunca he sentido la calidez ardiente de un amor como el suyo, y hoy, al tenerla entre mis brazos, en este presente que me hierve el corazón, me he sentido vivo.

 

Le agradezco que mis noches ahora ya no sean tormento, sino un diluvio dulce donde puedo hundirme sin temor a ser ahogado.

 

Sin embargo, no puedo evitar pensar en mi ser solitario, que me invade cada día, en cada instante de mi existencia. Y sé muy bien que la aman muchos, y que todo aquel que pueda respirar el mismo aire que usted es dichoso, es sagrado. Es por eso que yo, una sombra, no puedo tomar lo que no me pertenece.

 

Mi alma ha sido condenada, y me vuelvo un ser incómodo, cuando siento, cuando hablo, cuando soy observado. Lo siento cuando otros, con solo su mirada, logran fulminar mi palabra y mi verdad.

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • versos finitos

    Bonito poema el suyo.
    Felicidades



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