Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Noche: ojo latente...
y ahí estás tú, intacta,
vestida de brisa, liviana
como un sentimiento
que surge de una nube...
como solo una presencia
casi azul, dúctil
e invariablemente tú,
luz del deseo oscuro
desteyo en el firmamento
cuando clarea el alba
besánsose escarlata
en un espacio fuera
del tiempo que rueda
sin fin en la noche,
y caen imágenes al ojo
adentro del corazón
donde entras como el Sol
tú que guardas fragmentos,
recuerdos de aquel cielo,
de aquel silencioso
rumor fecundo de voces...
Labios de hielo: noche,
luz del deseo oscuro
anhelo de lo eterno,
adentro del corazón
bañado en fuego,
en un mar de ensueños,
de dulces besos
que surgen de una nube
y van viniendo como aves,
sentimientos en bandada,
como gotas de alma,
como una yuvia inusitada
cuya musicalidad
me empapa
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 15 de noviembre de 2024 a las 14:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: JAGC, Josué Gutiérrez Jaldin, La Bruja Irreverente, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Antonio Pais, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., Eduardo Rolon, WandaAngel, Haz Ámbar
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