En la penumbra suave de la tarde,
donde el sol acaricia y se deshace,
un escritor dibuja en su cuaderno,
con versos sencillos, su amor eterno.
Las palabras fluyen, como un río sereno,
susurra a la luna, su brillo pleno,
habla de sueños que en el aire flotan,
de risas compartidas, de voces que brotan.
“Querida,” escribe, “mi luz más querida,
te envuelvo en la calma que el viento le brinda,
bajo el manto de estrellas tu alma se eleva,
todo estará bien, la vida se renueva.”
Cada estrofa, un abrazo, un refugio en la noche,
cada rima, un latido, su amor se despoche.
En su tinta sincera, dibuja paisajes,
donde el dolor se disipa, se esfuma en paisajes.
“Si el miedo te alcanza,” en la hoja le deja,
“cierra los ojos, escucha mi queja,
en cada suspiro, en cada oración,
te llevo en mi pecho, guarda mi canción.”
Así, entre letras, su esencia se llega,
tejiendo promesas, en cada entrega,
porque el amor verdadero nunca se apaga,
y en el rincón del alma, la esperanza se fragua.
Y en cada poema, un mundo se alza,
donde ella es la calma, su paz, su balanza.
Así escribe el poeta con fiel dedicación,
dibujando en palabras su más dulce canción.
- Autor: sti ( Offline)
- Publicado: 16 de noviembre de 2024 a las 00:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, ElidethAbreu, WandaAngel, nachosol, Mauro Enrique Lopez Z., Eduardo Rolon, El Hombre de la Rosa, EmilianoDR, Pilar Luna, Jorge Izquierdo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.