Tu sazón, sí,
Te digo yo que es eso,
Es tu sabor que me encandila.
Le eché sal, ¿te gusta como pica?
Tus botones de canela, por favor,
No me tientes a ella, sabes que no me gusta la comida tan caliente.
Déjame presionarlos, ya tengo los ingredientes.
Sostén las que bien se envuelven,
En tus manos, presionadas, como gas solas se hierven.
¿Sentada es como mejor se cocina?
Déjame llegar a esa cima, yo encima.
Prende por mí la candela, espera,
Si me quemo, ¿me abrazas hasta que arda en tus yemas?
Detente.
Las cebollas no se ven,
No las encuentro, pero están bien
Se cansaron de llorar;
Llorar por hambre, es lo que gimen,
No sienten miedo, ellas quieren más.
Me gusta con pimienta, pero tú,
No, tú tienes esa pizca de ajo molido.
Rico en polvo, sabor encurtido.
¿No te cansas de besar tan rico?
Échame el toque, intensifícalo.
Me muero de hambre, no me ensucies con vinagre.
Límpiame con vino, agredido, supo el escozor.
Mas cuanto más doy por amor,
Mejor me saben tus palabras al oído.
Caricia al alma, la comida en la cama,
Te digo yo que tienes buen sazón.
- Autor: Mokuren B.C. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de noviembre de 2024 a las 05:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Eduardo Rolon, Poesía Herética, Antonio Pais
Comentarios1
El delicioso arte culinario...
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