Un Canto De Agradecimieto.

MonCiel



En tu presencia, Dios mío

siento tu dulce amor y consejos.

Eres mi abogado, juez de lo humano,

mi redentor, quien me guía con su mano.

 

Como una niña cobijada,

me siento protegida y segura.

Tu gracia es una brisa refrescante,

que calma zonas áridas y secas.

 

Tu amor es inmesurable,

me has perdonado y levantado.

Me has transformado y sigues haciéndolo,

gracias por ser mi Dios Eterno.

 

Eres mi todo, mi refugio,

mi guía y protección.

Gracias por hacerme quien soy,

y por estar siempre conmigo.

 

Tu eres Dios, no hay más.

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