En tu presencia, Dios mío
siento tu dulce amor y consejos.
Eres mi abogado, juez de lo humano,
mi redentor, quien me guía con su mano.
Como una niña cobijada,
me siento protegida y segura.
Tu gracis es un brisa refrescante,
que calma zonas áridas y secas.
Tu amor es inmesurable,
me has perdonado y levantado.
Me has transformado y sigues haciéndolo,
gracias por ser mi Dios Eterno.
Eres mi todo, mi refugio,
mi guía y protección.
Gracias por hacerme quien soy,
y por estar siempre conmigo.
Tu eres Dios, no hay más.
- Autor: Ensoñación (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de noviembre de 2024 a las 14:57
- Comentario del autor sobre el poema: Después de algún tiempo pude pasar y dejar una huellita por estos lares... Un abrazo agradecido con todo el cariño de siempre...... Dios les siga bendiciendo.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Eduardo Rolon
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.