Semillas

OscarCampos

 

Quizás, los huesos sean más pesados,

pero frágiles,

como las raíces del pensamiento

como el corazón que pierde latidos.

 

La nostalgia te toma de la mano,

sus huellas te llevan al limite

de dolor escondido,

el mañana una mueca sin respuesta

un gesto parecido a un encuentro.

 

“Nunca supe cuándo llego,

 giraba al compás de la brisa,

parecido a un pétalo o abeja,

se posaba en cada flor,

danzaba tardes enteras

como quien busca un horizonte

que no existe.”

 

Alguien dijo: "Tienes hambre",

un hambre que no se calma,

 una abeja sin colmena,

una flor que no sabe su nombre.

 

Estaba en su jardín,

sus ojos no podían verla,

 la percibía, giraba entre el polen

acompañada de la brisa

tenía un hilo que la ataba

pero comprendía su libertad,

en un hábitat sombrío.

 

“Quédate”, le dije,

“mi jardín será tuyo cuando yo me marche.

 tu vuelo será libre y tu refugio eterno.”

Ella detuvo su vuelo:

“No puedo quedarme sin ti,” respondió,

" nadie cuida este jardín como tú.

Tus manos saben del tiempo y el cuidado,

conocen el dolor de las raíces

y la alegría de ver brotar un pétalo.

 

“Sin ti, este jardín, un silencio.

si te marchas, iré contigo.

estaremos juntos en otro jardín,

allí donde las flores no mueren.”

El aire tempestuoso suelta cadenas.

 

El murmullo del viento,

un viaje sin fin,

una abeja que busca,

una flor espera,

basta conocer las manos.

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