Mirándola fijamente a los ojos,
que ella cubrió con temor,
los hombres de la razón
le preguntaron que sí tenía sentimientos
de simpatía por el suicidio.
Sonriendo con los labios
que usó para besarme
en el lago volcánico de la juventud,
ella les respondió:
"Yo soy la mujer santa,
transportadora de la llama original
del conocimiento sin tiempo".
HuGóS | 9-6-2012 | 3:45 p.m.
- Autor: Humberto Gómez Sequeira ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2024 a las 04:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Josué Gutiérrez Jaldin, EmilianoDR, Eduardo Rolon, JUSTO ALDÚ
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.