La fragilidad y el depredador: La dulzura del instante es el peso de un vistazo

Milber Fuentes

 No hay valentía más absurda que la de la fragilidad

jugando frente al coloso que respira su derrota.

Apenas nacida,

ella llegó al mundo sobre un lecho oscuro,

bajo la sombra de bigotes como sables,

colmillos hambrientos

y una lengua áspera que prometía heridas.

Conversó con el abismo,

pidió clemencia en un idioma que no se entendía.

Rogó, sólo por esa vez,

por la dulzura del instante.

Sus ojos fueron lanzados:

recorrieron mi alma,

atravesaron mi carne

como el filo de un hacha,

pesada y filosa.

No quiero saber qué será de mí

cuando su mirada,

que ahora es sólo un rayo fugaz,

se pose sobre mí como un juicio,

como su bien más preciado.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.