Soneto XI Fin del mundo

El cielo está volteado, las alas del tiempo cortadas porque la atmósfera le cerró su puerta, las lágrimas de la gente disecadas por el beso acosador del sol, la gravedad insostenible corría como una bala, se apretaban los cementerios y los antiguos huesos eran vistos en calles.

No existía ningún clima y las estaciones dejaron su tren en el olvido, las plantas ya no conectaban sus raíces al corazón de la tierra porque dejo de latir, entonces el infinito se achicó.

Los mares pacífico estaban en fuego cruzado con el atlántico, el viento danzante cortaba los árboles por celo, las estrellas se inclinaban como reyes derrotados.

El mundo caía como un niño a las piernas del universo, el panorama indescriptible, pero un poeta me prestó su mano para describirla, pero bueno no es cierto, solo que así está mi corazón por el beso que me rechazaste.