REFLEXIONES SOBRE LAS TORMENTAS Y LAS LLUVIAS

Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda.

Vivo en mi Nicaragua natal.

En estos días, cielos nublados y muchos rayos que surcan la bóveda celeste y seguido, truenos que, con desgarradores estruendos retumban y hasta meten miedo.

 

Cae grandes cantidades de agua que causan inundaciones, que arruinan cosechas y a veces, hasta lleva consigo tantas muertes; otras, esa misma agua, vuelve fértiles los campos, los árboles reverdecen y las flores brindan el mejor de sus aromas.

 

A veces, he llegado a comparar todo esto, con fuertes discusiones, gritos e insultos que van y vienen, como truenos, como rayos que hieren tanto.  He llegado a derramar tantas lágrimas y como esa lluvia, a veces he sentido que me han hecho tanto daño…y algo ha muerto en mí.

 

Quiero, y le pido a Dios, que mis lágrimas no me maten, que me sanen.  Que esas lágrimas, conviertan mi vida en árboles reverdecidos, en terreno fértil y en flores que brindan sus mejores aromas.  Que me devuelvan la vida que con tanta tormenta creí destruida.

 

A veces reflexiono sobre estas cosas, aunque para la mayoría de la gente, solamente sean tonterías.

 

 

Alma Erótica

José Luis Agurto Zepeda

Managua, Nicaragua

22 de noviembre 2024

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Comentarios1

  • Poemas de Pepita Fernández

    “Cae grandes cantidades de agua que causan inundaciones, que arruinan cosechas y a veces, hasta lleva consigo tantas muertes; otras, esa misma agua, vuelve fértiles los campos, los árboles reverdecen y las flores brindan el mejor de sus aromas.”

    Buena reflexión, muchas veces salimos heridos y es la misma mano del hiriente la que
    nos ayuda a salir adelante

    “A veces, he llegado a comparar todo esto, con fuertes discusiones, gritos e insultos que van y vienen, como truenos, como rayos que hieren tanto. He llegado a derramar tantas lágrimas y como esa lluvia, a veces he sentido que me han hecho tanto daño…y algo ha muerto en mí.”

    Muy acertada la comparación, las tormentas hacen desastre , hacen daño que ,muchas veces es irreversible. Y el riesgo es lo que muere dentro del ser que lo padeció.

    “Quiero, y le pido a Dios, que mis lágrimas no me maten, que me sanen. Que esas lágrimas, conviertan mi vida en árboles reverdecidos, en terreno fértil y en flores que brindan sus mejores aromas. Que me devuelvan la vida que con tanta tormenta creí destruida.”
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    El cierre es majestuoso
    Mis felicitaciones por el uso especial del lenguaje literario



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