Deudor de mil pesadillas,
estas cuadrículas, culebras,
me están dejando ciego,
de escribir a plomo, en su fineza…
y sordo, de tanta saña surtida…
Filósofos me cuestionan: ¿quién soy?
Realmente… ¿quieren saber… quién soy?
Minas sucumbidas bajo el tronco de larvas sedientas; estrago es el templo que se esconde en el…
oro que se arruga en los pechos de lo profano; maullarían al ser despojados, al limbo eterno…
Viajes y más viajes; al bosque me interno. ¿Cuál sustancia exótica me hará saber sobre el elixir de mal endémico que habita en mí?
Silbidos en ráfaga me rodean; reino tras reino se levantan…
Un tramo final por hallar, mas me buscan sin soltar la cuerda del porqué… Cual rumores y chismes… se tiñen en temor. ¿Por qué de aquel mocoso, un ser astral es su musa y su condena? Mas falacia no puede ser… sin distorsionar un poco la realidad… Del todo mal no están…
- Autor: Marco Montana (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2024 a las 00:47
- Comentario del autor sobre el poema: "Del todo desquiciado no estoy; me he dado descansos, pero siempre mi musa se prende cuando menos lo espero, y me tienta a lápiz y hoja a ver si sale alguna maravilla…" Espero sea de su agrado, estimados poetas. Con cariño y respeto, saludos y abrazos…
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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