En la unidad de propósito, la oración se alza,
como un coro en ferviente abrazo.
Con Hechos como guía, la fe nunca se raza,
y en la comunión, hallamos nuestro espacio.
El espíritu santo, soplo divino y puro,
es quien nos capacita para proclamar,
enfrentando a un adversario oscuro,
con la palabra, su sombra a desvelar.
Satanás, en su furia, intenta silenciar,
mas la verdad resuena, fuerte y sin cesar.
En la predicación, su derrota anunciar,
y en cada gesto de fe, su poder limitar.
No es con fuerza humana, sino celestial,
que la batalla se libra en este plano terrenal.
Con cada acto de amor, un golpe a la maldad,
y en cada oración, una victoria sin igual.
La aprobación divina, dulce y consoladora,
nos impulsa adelante, nos mantiene en la senda.
El espíritu santo nos guía, nos fortalece y restaura,
en el ministerio, nuestra entrega se encomienda.
Obstáculos y pruebas, no son más que un velo,
que con fe y esperanza, podemos traspasar.
El espíritu santo, nuestro eterno anhelo,
en la oración pedimos, y nos viene a habitar.
Insistamos en la súplica, con corazón sincero,
que Jehová, en su infinita bondad, escuchará.
En la comunión con Él, no hay nada primero,
y en su espíritu santo, siempre confiará.
- Autor: Yeshuapoemario ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2024 a las 07:13
- Comentario del autor sobre el poema: Con un mismo objetivo, todos ellos perseveraban en la oración (Hech. 1:14). No podríamos predicar si no fuera por la ayuda del espíritu santo. ¿Por qué? Porque Satanás lucha contra nosotros para detener la predicación (Apoc. 12:17). Desde un punto de vista humano, podría parecer que Satanás es un rival demasiado poderoso para nosotros. Pero con nuestra predicación lo estamos venciendo (Apoc. 12:9-11). Cuando participamos en el ministerio, demostramos que sus amenazas no nos asustan. Cada vez que predicamos es una derrota para Satanás. Así que podemos decir que el espíritu santo nos está dando fuerzas y que tenemos la aprobación de Jehová (Mat. 5:10-12; 1 Ped. 4:14). El espíritu santo nos puede ayudar a superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro ministerio (2 Cor. 4:7-9). Entonces, ¿qué debemos hacer para seguir recibiendo el espíritu de Dios? Pedirlo en oración con insistencia, con la seguridad de que Jehová nos escuchará. w22.11 5 párrs. 10, 11.
- Categoría: Espiritual
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