EL ECO DE UNA DECISIÓN (Breve ensayo en prosa poética)

JUSTO ALDÚ

El silencio pesa, como un susurro en la penumbra, cargado de preguntas sin respuesta. Ella mira el horizonte, donde el sol comienza a extinguirse, y siente que la noche se despliega como un manto que oculta verdades y temores. En su vientre, una vida que apenas comienza a ser, y en su pecho, una tormenta que ruge con fuerza.

El aborto no es solo una palabra; es un eco que resuena en lo más profundo de quienes enfrentan esta decisión. Es el cruce de dos caminos, la colisión de lo que es y lo que podría ser. En su mente, imágenes de sueños truncados y esperanzas que no llegaron a florecer. En sus manos, el peso de un futuro incierto que no está lista para sostener.

Es la batalla silenciosa entre el deseo de libertad y la culpa impuesta por miradas ajenas. Es la necesidad de ser dueña de su cuerpo, de su vida, de cada decisión que afecta su existencia. Pero también es el reconocimiento de una pérdida, de un vínculo que nunca será.

La sociedad observa desde lejos, con juicios afilados como cuchillos. Algunas ven una elección egoísta; otros, un acto de valentía. Pero nadie escucha el murmullo de sus noches en vela, cuando las lágrimas caen como gotas de lluvia en una tierra que no da respuestas.

Al final, no hay héroes ni villanos en este relato. Hay una mujer que se enfrenta al abismo de su humanidad, que carga con un peso invisible pero devastador. Y hay un mundo que todavía no entiende que esta decisión no es de blanco o negro, sino de grises infinitos.

El aborto, como la vida misma, es un mosaico de contradicciones: amor y renuncia, esperanza y desconsuelo. Ella camina hacia el día siguiente, sabiendo que el sol volverá a salir, pero que el eco de esta elección la acompañará siempre, como una sombra que no desaparece.

En el aire, un susurro queda: ¿Quién puede juzgar lo que solo el alma comprende?

 

Nota: Mientras alguien decide sobre el aborto o no, otro u otra decide una maternidad subrogada. 

No intento juzgar, ni pretendo que juzguen, solo pongo en evidencia un controversial tema.

La vida es lo más  grande de la creación.

 

Justo Aldú

Panameño

Derechos Reservados /noviembre 2024.

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Comentarios1

  • Freddy Kalvo

    En términos generales no apruebo el aborto, pero creo que a ese pensamiento deben acompañarle sus excepciones apartando todo tipo mitos o teorías legales, religiosas, etc. Y esas excepciones deberían estar en el orden de las niñas, adolescentes y/o mujeres que quedan embarazadas fruto de una violación porque cargan en su vientre un ser que no ha sido pensado ni deseado y que, al nacer, pueden terminar sufriendo el doble o más, del trauma sufrido por la niña, adolescente o mujer violada. Otra excepción creo que debería ser en el caso que la misma medicina, después de los estudios y/o exámenes clínicos practicados, determine que el feto es acéfalo o con algún padecimiento que, a parte de saber que morirá al nacer, puede poner en riesgo la vida de la madre. Es probable que existan o puedan existir otras excepciones, pero pongo esas dos como ejemplos en donde el pensamiento humano debería poner en práctica el rompimiento de paradigmas.

    Un abrazo fraterno mi apreciado amigo JUSTO.

    • JUSTO ALDÚ

      Tampoco lo apruebo mi estimado. El post pone en evidencia una acción muy extendida en nuestra sociedad.
      Tu posición en relación a las niñas-madres tiene un fuerte asidero y lógica. Es una doble victimización primero por el trauma recibido de la violación, luego el hecho de quedar embarazada y si dan a luz se agrega una responsabilidad que interrumpe su normal crecimiento como niña, pasaría a ser madre a la vez. La otra excepción que narras es viable en la actualidad. Se conoce como aborto eugenésico.
      Te agradezco mucho que hayas expuesto con claridad meridiana puntos neurálgicos sobre el aborto y a la par comentar el post.

      Te correspondo el abrazo mi amigo.



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