Alguna vez dije que de mi boca
Abortaría nuestra única promesa:
Que las palabras se mueren de hambre
Y que los instantes donde con ternura lo deseábamos todo,
Con sus disonancias y silencios,
No fueron sino una fatiga bendita,
La prueba de alguna maquiavélica voluntad
Deletreando, con una suerte de saña y clarividencia,
Cada uno de los versos que pintan
La ignota ambición de nuestras páginas en blanco.
- Autor: Salvador Galindo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de noviembre de 2024 a las 08:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Josué Gutiérrez Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.