AUTOESTIMA

WandaAngel

Se equivocaba en cada recuerdo, erraba las calles y no reconocía las esquinas. Sus memorias no eran compartidas, y lo que fue, lo que era, ya casi no existía. 

 

Pero dentro de ella, algo fuerte se hacia verdad, como son verdades, las piedras y las espinas. Un sentimiento inequívoco de rabia, de amor y también de ira, y por eso, cada día se decía, mirándose al espejo... yo no estoy perdida.

 

Soy y seguiré siendo, por sobre todas las cosas, yo misma. Y fue así que su vida cambió, las noches se hicieron más cortas. Los días fueron claros bajo el sol y la luz que irradiaba, todo se encendía. Y se esfumó la niebla de los demás, de los no sé y de las mentiras. 

 

Vivir es vivir, se decía y vivir amando es una llama, que todo devora sin dejar brasas ni cenizas. Su memoria fue entonces la memoria y su vida, la vida. Una vez le preguntaron su nombre y ella dijo sin dudar, María 

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Comentarios +

Comentarios3

  • Patricia Aznar Laffont

    Excelente reflexiòn.

  • EmilianoDR

    Gracias Wanda por estas letras y por esa María que las ha llevado a tu pluma.
    Saludos cordiales.

  • Nhylath

    ¡Hermosas letras....me encantó leerte!
    (He regresado al portal después de larga ausencia por mi intenso trabajo, pero siempre regreso a mi hogar de las letras para continuar interactuando con todos ustedes)
    Fraternal abrazo a través de la distancia!
    Nhylath



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