Oh, lápiz febril que en mi mano descansa,
herramienta sagrada del verbo y del fuego,
tu punta cincela la más dulce esperanza,
mientras tu borrador rectifica el pasado con denuedo.
Para ti, amada mía, esculpo el mañana,
en trazos precisos que el alma desvela;
tú, musa eterna, mi aurora temprana,
inspiras la llama que el grafito revela.
Tu amor es la chispa que embiste mi mano,
y el lápiz obedece mi pasión inclemente;
cada línea susurra un destino cercano,
donde el tiempo conspira a favor del presente.
Escribes mi futuro en arpegios sutiles,
y borras el pesar de lo que nos hirió.
Con guasa sonríes, y en gestos gentiles,
pues sabes que el lápiz siempre nos unió.
Así, mi instrumento, tan noble y sencillo,
te nombra en sus líneas, te graba en su encanto;
pues serás para siempre el más bello pasillo
donde el amor escribe su eterno quebranto.
- Autor: El Corbán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de noviembre de 2024 a las 12:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Alberto Garzón, Josué Gutiérrez Jaldin, Alex t, EmilianoDR, JAGC, MISHA lg, Mauro Enrique Lopez Z., ElidethAbreu, MonCiel, alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Gracias por tus letras amigo El Corban y que bueno recordar que de un lápiz salen llamas de fuego y para nosotros es herramienta de trabajo.
Saludos cordiales
No hay nada como un lapiz, para recordarnos que con un extremo podemos borrar nuestro pasado, y con el otro escribir nuestro fututo. Saludos mi amigo, que tengas un bonito día.
El Corbán, ese lapiz que es el alma del del Ecce verbum.
Abrazos.
No hay nada como un lapiz, para recordarnos que con un extremo podemos borrar nuestro pasado, y con el otro escribir nuestro fututo. Saludos mi amiga, que tengas un bonito día.
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