MI PUEBLO - MI AMIGO

Elias Castellano Blanco



 

 

Los obscuros cipreses

del viejo campo santo

se yerguen puntiagudos

ante el cielo lejano.

 

¡Sonad, sonad, campanas!

 

¡Ya al pueblo voy llegando,

y la regia silueta

me recibe en sus brazos!

 

Sabe que soy su amante

desde hace muchos años.

Con pantalón cortito.

Con raídos zapatos.

El que mandaba cartas

entre risas y llantos

escritas sobre nubes

de otros cielos hermanos.

El que se revolcaba

en aquel polvo arcano

de sus ilustres ruinas

las tardes de verano.

 

¡Sonad, sonad, campanas,

que el cielo está cercano!

 

Ya bajan las cigüeñas

del viejo campanario

a comer de mi grano.

 

¡Cigüeñas de la torre!

¿No recordáis mis años

cuando corría loco

esta plaza jugando?

 

Pero al salir del pueblo,

cruzando el campo santo,

se inclinan los cipreses

y me besan las manos

susurrando en mi oreja:

-Te estamos esperando.

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