Pienso en el alma que en las sombras camina,
sin rumbo, sin refugio, bajo la luna fría,
mientras otros duermen en su cama tranquila,
ajenos al llanto que al viento se enfría.
El viento arrastra su pena, su cansancio,
mientras en su cuerpo la lluvia hace estruendo,
y el hambre es un grito que llena de rabia,
en su pecho vacío, sin tregua, sin tiempo.
Nadie lo mira, ya no queda memoria,
de aquel ser que alguna vez soñó ser alguien,
y en sus ojos hay un eco de antiguas historias
que la tierra olvida, aunque a todos nos hable.
No sigamos pasando con mirada distante,
abramos el alma, dejemos la excusa,
pues amar es mirar al otro y ser constante,
tenderle la mano, ser luz que lo impulsa.
No más indiferencia ante quien nos espera,
ni el frío ni el hambre deben ser su condena.
Que el amor transforme nuestra vida entera,
y en cada rostro veamos la huella divina.
- Autor: Jaime Alberto Garzón ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2024 a las 10:16
- Comentario del autor sobre el poema: Un poema que nos invita a reflexionar sobre nuestra indiferencia hacia las personas sin hogar, recordándonos que cada ser humano merece dignidad y compasión.
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, Lucía Gómez, Soponcio, Charlie Aritz, alicia perez hernandez, Jaime Correa, Mauro Enrique Lopez Z., Maxi Aristarán, JAGC, José Antonio Artés, Javier Julián Enríquez, El Hombre de la Rosa, Tommy Duque
Comentarios2
Un excelente poema que nos hace reflexionar sobre la Bondad y la Caridad, que son tan necesarias en este mundo que parece que ha olvidado, las enseñanzas del Maestro.
Jaime, gracias por tus palabras. Sin duda, la bondad y la caridad son reflejos del amor que el Maestro nos enseñó.
Hermoso tu preciado y genial versar estimado poeta y fial amigo Jaime Alberto Grazón
Recibe un abrazo de Críspulo
El Hombre de la Rosa
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