¿Cuál fue primero, la mirada o el beso?
Para otros es tan fácil decidir,
como decir:
“Hay que mirarse antes de chocar los labios locamente.”
Pero para mí no,
para mí no es tan fácil.
Yo sé —y lo sé sin dudar—
que tus ojos se abrieron después del primer beso,
cuando el tacto te enseñó a mirar
y dejaste de verme para empezar a descubrirme.
Tus pupilas cerraban las puertas del mundo,
y otras ventanas se abrían,
porque al apagar tus ojos
se encendía el fuego de los míos.
Nos vimos desnudos sin quitarnos la ropa.
Tus dedos desanudaron mi lengua,
y la piel aprendió palabras nuevas
mientras el silencio hacía de testigo.
No fue que tus ojos cambiaron,
fue que cambiaste la forma de mirarme,
como si cada pestañeo tuyo
fuera un compás que marcara
el ritmo de mi existencia.
Y entonces entendí que tus ojos
no son espejos,
son canciones que se cantan a sí mismas.
El beso vino primero,
pero la mirada lo sostuvo.
Ahora, cuando te miro,
me pregunto si en tus pupilas
vive el universo que no alcanzo a comprender.
Y cuando me besas,
olvido todas las preguntas.
Sólo sé que tus labios
son la única respuesta.
- Autor: Jean Amador (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2024 a las 19:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, Andrea-R, alicia perez hernandez
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