En sombras perdí mi voz, hasta que un ciego escuchó,
Mis penas en su alma ecoaron, un nuevo mundo brotó.
Su oscuridad se llenó de luz, al escuchar mi dolor,
Y en sus ojos cerrados, tu imagen cobró color.
El mudo, ante mi llanto, halló su voz en mí,
Su lengua, antes muda, ahora cantaba por ti.
Y el que yacía en la sombra, sin un atisbo de luz,
Al escuchar mi desconsuelo, renació.
Buscó en mi voz la guía, hacia tu dulce mirar,
Tu sonrisa, un sol que disipaba la oscuridad.
En tu cabellera oscura, encontró su redención,
Y en tu amor, la fuente de su inspiración.
Un oasis en la voz de un ciego hallé,
Al confesarle mi pena, su mundo se iluminaba.
Un mudo testigo de mis lágrimas amargas,
Halló en mi llanto la melodía de la vida.
Aquel que yacía en la sombra, sin un atisbo de luz,
Al escuchar mi desconsuelo, renació.
Buscó en mi alma la llama que lo condujo a ti,
A tu sonrisa, faro en la noche, a tu mirada que hipnotiza.
JTA.
- Autor: jtaltuve (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2024 a las 20:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, alicia perez hernandez, Andrea-R, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa, alupego (Ángel L. Pérez)
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