BLANCO

alegui

Alguna vez yo fui

quien quiso torear la timidez y la culpa

aportándole a sus heridas

blancos rumos de arena

que el recuerdo había ignorado

 tal vez con algo de pena.

 

Puede que se me vea y se note esa vivencia

que me ha hecho cariñoso y también su contrario

exhibiendo mis propios jacobinos

y me alicienta el rozar el goce

de beber su presencia claroscuro.

 

Yo tengo días de luz y amaneceres taciturnos

y los puedo soportar muriendo en distintos espacios.

Soy quien pretende y quien yo no quiero, aunque puedo

temo la incertidumbre, pero no su sosiego.

 

Todo se viene y se va

como el aroma del prado

como lo temido y deseado

que atrae y también daña

que parece ser lo que no es y luego llama.

Alguna vez veré mi propia barca

que un viento moverá hacia algún norte

y seré testigo de mi propio epitafio

y víctima de mis propios tormentos.

Tendré de trofeo mis desafíos

y de medalla sus ritos

y grabaré los ríos germinados

en las espigas de algún brote.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.