Vi mis manos huesudas,
tan llenas de vida, frías y callosas.
Alcanzar tu cintura,
formamos una realidad tan ajena a los días de soledad.
En aquel momento me era imposible saber
que explosión hormonal pasaba entre nosotros.
Ahora podría llamarlo felicidad.
- Autor: VERA ANGEL ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2024 a las 00:14
- Categoría: Carta
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Josué Gutiérrez Jaldin, Jaime Alberto Garzón, El Hombre de la Rosa
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