En el rincón del alma,

donde las estrellas guardan su destello,

caminamos juntos, con paso seguro,

tejiendo los sueños en un dulce anhelo.

Tu risa, melodía que me envuelve,

cada nota es un beso que el viento acaricia,

y en la danza del tiempo, mi corazón se siente

como un río que fluye, lleno de delicia.

Nunca hallarás un amor como este,

que desafía volcanes y calma tormentas,

un fuego eterno que arde y se viste

de mil colores, de tardes lentas.

Tatuados en piel, nuestros secretos,

un lenguaje sin palabras, pura conexión;

en cada latido, en cada recuerdo,

resuena la historia de nuestra pasión.

Y si el mundo temblara, si el cielo cayera,

si las sombras quisieran oscurecer,

entre las ruinas, mi amor te espera,

como un faro brillante, insolente y fiel.

Así, sigamos, como amores errantes,

bailando en los bordes de lo infinito,

construyendo un refugio, donde sean constantes

las promesas que el alma ha hecho en un grito.

Jamás encontrarás un amor igual,

donde el tiempo se rinde y el destino se une,

en este viaje único, del cual soy el vaivén,

donde cada latido de mi corazón se sume.

Andrea ©