Me duelen tus dolores, como si fueran míos,
y tus alegrías me arrancan suspiros fríos;
me hiciste tan tuyo que, sin yo proponérmelo,
siento cada tristeza como un eco eterno.
Has logrado en mí un ser de empatía extraña,
que en tus risas florece y en tu pena se empaña;
me hiciste sentir lo que otro no puede,
y soy el fiel reflejo de lo que a ti te duele.
Si en tu risa hallo el norte, en tu llanto naufrago,
como si en cada goce o en cada estrago
mis latidos siguieran el compás de tu ser,
tan atado a tus pasos que me cuesta entender.
Con sarcasmo, sonrío, porque no soy yo entero,
soy un espejo de tus dichas, tu fiel compañero;
y en la ironía de amarte, sin salvaguardas ni ruido,
me hice en cuerpo y alma el eco de tu latido.
- Autor: El Corbán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2024 a las 11:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, Andrea-R, MonCiel, JAGC, Santiago AlboHerna, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa
Comentarios1
q bello Miguel, creo q cuando hay tanta empatía, es x q hay amor verdadero. Confieso, lugar muy difícil de llegar
Bien dicho mi amigo Santiago... "lugar", ella se convierte en nuestro lugar favorito; Saludos compañero 😉
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.