El miedo muere en la pena.
Concibo la miseria repartida individualmente.
Se llena el cáliz de la muerte.
Se colocan un blanco en la frente.
Te escribo el blanco en la frente
El llanto es inaudible sin pena.
La belleza está en un alma sensible.
Lo marchito desvela los lágrimos,
y supura el nácar latente.
El llanto es ineludiblemente sin pena.
Bebo de tu cáliz.
Te beso la frente.
La noche se auto-flagela
en su ritual de dolor anestésico.
Mereces la noche marchita.
Te mereces la pena de muerte.
Brotan flores donde la noche hica su diente.
La sublevación aun dormida;
La sublimación de la carne;
La sensibidilidad a la carne despierte,
bien viva.
Llenas, no lloras sobre mi cáliz.
- Autor: 933S (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2024 a las 17:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa, EmilianoDR
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