RECUERDO DE SOLO AYER

Romance

Ayer volví a nuestro pueblo.

Soñaba con encontrarte.

Mis pasos sin yo quererlo

me llevaron a tu calle.

Pasé… Como el que no pasa.

Devoré, la luz y el aire.

Y mi sombra por tus muros

-como la sombra de nadie-

lentamente se arrastró

lo mismo que un triste alarde,

y al llegar a tu ventana,

acarició los cristales.

Qué pena me entró amor mío

y qué alegría tan grande

cuando me llegó tu voz

desde dentro, ¡con tal arte

cantabas la copla aquella

que otros días me cantaste!

"Te quiero más que a mis ojos,

te quiero más que a mi via,

más que al aire que respiro

y más que a la mare mía”.

Como me sonó ese cante

en esa voz tan dilecta.

Los ojos se me empañaron.

¡Se me doblaban las piernas!

Y mi mano fue a apoyarse

sobre la hoja de tu puerta,

que lentamente, cedió,

dejándola medio abierta,

por donde un pequeño niño

se asomó mirando afuera.

La sangre se me agolpó,

al ver tu nítida imagen

en sus pupilas abiertas.

Y aquellos pequeños labios,

eran, tu boca ¡La nuestra!

Esa que me besó ardiente

y que me cantó esa letra.

Esa que estabas cantando

cuando me acerqué a tu puerta.

Hola, -me dijo el chiquillo-,

y dejó mi lengua muerta.

Yo, le acaricié la mano

como si la tuya fuera.

Y sentí tu voz llamarlo

para evitar que saliera.

Y era su nombre, mi nombre.

Y escuché tu voz tan cerca,

que escapé como un cobarde.

Como un lobo que a la sierra

lo siguieran cien mastines

sin escapatoria cierta.

Ya no volveré a este pueblo.

Jamás, volveré a estar cerca.

Nadie sabrá que allí estuve

y que tu canción oyera.

Ahora tienes marido.

Tu vida, ya está completa.

Y nadie podrá decirte,

que fui rondando tu puerta.