Flotas, rama que al cielo altiva miras,
savia que asciende con febril desvarío;
y en tu raíz, nido de vana osadía,
se quiebra el mundo bajo tu desafío.
Sombras incómodas con alas te guarecen,
miedos que tiemblan al peso de tu ira.
El engreimiento alza siempre tu frente,
como alza el cuello la nobleza altiva.
El tiempo avanza, con su arado implacable,
surcando tu orgullo, labrando tu ceguera.
Ceniza que al viento se entrega inconstante,
pero que arrastra el peso de su quimera.
¿Quién te entregó esa corona inflamada?
¿Quién insufló el aire que tu pecho encierra?
Demasiado orgullo la piel de tu alma guarda,
demasiada altivez en tu sombra que aterra.
José Antonio Artés
Comentarios1
Gracias Jose Antonio por tu poema.
Cautivante y sonoro con un Cierra de Perlas.
Abrazos.
Muchas gracias por tu grato comentario. Abrazos
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