POEMA A MI PADRE

El Ermitaño Soñador

Tu eres en mi hogar el soberano
El ser único a quien venera el alma mía;
Con tu corona de cabellos canos,
Símbolo de tu ley y la virtud de vida.
Tu lucha constante en tiempos difíciles,
lleno de vigor y varonil constancia,
Con gran valor nunca renegaste al cielo
a trabajar me enseñaste desde muy niño.
A veces abatido de preocupaciones y tristezas
Llegabas a casa al final del día
En tu alma traías una incurable herida;
Que ahora reflejas en tu cabellera
cubierta con el polvo del camino de la vida.
Soportaste las más fieras tempestades,
Viviste talvez las peores horas de desdicha,
Pero nunca te rendiste en tu lucha,
Siempre estuviste de pie en horas encrespadas.
Disimulaste el llanto, callaste tus dolores,
y en cumplir tu deber pusiste tus ojos fijos,
Nunca torciste tus pasos en un camino de espinas
Eres un vivo ejemplo para honra de tus hijos.
La amargura jamás mojó tus mejillas
Fuiste un héroe fuerte y de aventura
nunca el soplo del destino te derrumbo.
Hiciste el bien sin temer al sacrificio,
Eres un hombre de lucha sereno y fuerte,
Muchas veces enfrentaste a la maldad y al vicio
Que pudo ponerte al margen de la muerte.
La pobreza nunca te amilanó,
Al contrario, la llevaste con mucha honra,
Siempre luchaste por los tuyos
llevaste la vida con honor y con honra.

 

EL ERMITAÑO SOÑADOR

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • Black Lyon

    Muy conmovedor, Ermitaño. Los papás también tienen su baúl en donde atesoran victorias y amarguras. A veces solo los contemplamos y, sin que nos digan una palabra, vemos y aprendemos de ellos. Que Dios los bendiga.

    Saludos.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.