Maternidad solitaria

DAMSYD

Quién crea que maternar es una tarea fácil, no sabe en lo que cree.

Una madre sola no tiene permitido nada para sí misma, no puede romperse, agrietarse, caerse, derrumbarse, quebrantarse... una madre sola, recoge sus trozos, los echa a su espalda y continúa, aunque los vidrios se le encajen en las plantas de los pies, aunque sus ojos estén empañados de dolor sabe que debe seguir caminando, no hay opción de detenerse, de lamentarse... una madre sola espera el sueño de sus pequeños para liberar el dolor que su alma esconde.

Una madre sola duerme sobre una almohada húmeda, y sigue despierta aunque el sueño toque a su cansancio. 

Una madre sola tiene alegrías proporcionadas por el fruto de su vientre, y son pequeños oasis en el desierto de soledad. 

Pero sobre todo, una madre sola está decidida a continuar y a hacer a un lado todo su sentir por ver los pasos de sus hijos en el futuro y hacer todo lo que este a su alcance para ver sus sueños  cumplidos. 

Una madre, decide ser madre, aunque el padre esté presente, o a medias, o ausente. 

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