Al agua se la respeta,
porque es la lengua del planeta,
la boca abierta en las montañas,
el aliento de la noche
y el canto de la esperanza.
El agua es la voz del tiempo,
el marcapasos de la vida,
el encargo que deja la lluvia
en los hombros de la tierra.
En cada gota perdura
el sudor de los siglos,
la memoria indescifrable
de los glaciares perdidos,
el secreto de los limos
que nutrieron la primera raíz.
Ella te construyó, hombre,
y tú la abandonas,
la rompes, le das mal uso,
la llevas en tus bolsillos,
y la tiras, como si no fuera
la madre del mundo.
Hombre de humo y cuchillos,
has bebido de su cuerpo
hasta dejarla en los huesos,
has rasgado su piel
con tus pozos sin fondo,
has llenado sus venas
de barro y veneno,
y todavía preguntas,
por qué el cielo no te escucha?.
Llegará el día,
cuando el río sea polvo,
cuando la fuente se seque,
cuando la sed te agobie
y sea más fuerte que tú
invocarás su nombre;
entonces será tarde,
porque el agua no regresa
al lugar donde la espantan.
- Autor: Gusechag (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2024 a las 01:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z.
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