Por una vereda
la vi caminando.
El cielo en sus ojos.
La miel de sus labios.
Y endulzaba el aire
con su alegre canto.
Siguiendo su trova
se acercó un muchacho.
-¿Quién eres arcángel,
que aquí en estos prados
desparramas gracia
que hechiza al ganado?
De mis corderillos
me has robado el mando,
Mi perro carea
se quedó embrujado
al igual que este hombre
que hoy es tu lacayo.
-No digas arcángel,
que no llego a tanto.
Yo solo soy una
mujer paseando
y mi voz pretende
alegrar los campos;
pero si en tal modo
altero al rebaño
y altero tu vida,
sellaré mis labios.
-No calle señora,
siga usted cantando.
El tiempo se pasa
como ave volando.
Y a noche cerrada
la estaré añorando.
Yo en mi choza humilde.
Mi aprisco cerrado.
Y junto a la hoguera,
estaré soñando
recordando el cante
que hechizo estos campos.
-
Autor:
El (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 4 de diciembre de 2024 a las 13:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez, EmilianoDR, Pilar Luna
Offline)
Comentarios1
El cante del campo en tu poema sigue cantando.
Abrazos y gracias poeta.
Hola buenos días ElidethAbreu, muchas gracias por leer y comentar.
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