Atardecer brutal

OscarCampos

 

 

“Hay semillas

algunas quedan inertes en la tierra,

como el amor humano.

En la ciudad se ha perdido

hasta la simple idea

de crecer sin vulnerar 

las raíces amarradas a raíces.”

 

Las olas del mar

vomitaban desechos,

así en su mente, se acumulaba

basura.

Descubrió en un atardecer

que sus ideas se dispersaban

como una bandada de pájaros

por el eco de un disparo brutal.

Intuía que esta desarmonía

 la llevaría a un callejón sin salida.

 

Mientras viajaba al puente,

recogió una piedra,

parecida a una chispa en el suelo,

“Es solo una piedra

que tiene su propio brillo”

la sostuvo con sus manos

temblorosas incapaces de una oración,

miro bajo el puente,

descubrió como un reflejo,

 la misma piedra

que tenía en sus manos,

pero esta vez le pareció un pequeño faro,

que cambió su decisión más clara,

 alejarse de la vida terrenal.

 

Su mente se había convertido

en un caos que todo cambia de lugar.

“¿Que abre la puerta a la tormenta?”

se preguntaba.

 

Las noches parecen más claras,

y el pensamiento un puente,

cuando se comprende

que el amor, a veces, se enreda

en las raíces,

a veces, las semillas inertes

despiertan en estaciones

distintas.

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