Recuerdo claramente al abuelo con su suéter café
y su sombrero a un lado, frotándose las manos
Mientras la gente del pueblo hacía sonar cohetes
y se daban abrazos
Nosotros también nos abrazamos
y nos deseamos feliz año nuevo
Agradecimos por estar en ese momento
El siguiente fin de año podría ser diferente
Y así fue
Las pequeñas armonías de la vida son finitas
El abuelo se apagó está segunda semana de diciembre
y aunque mi árbol de navidad todavía tiene
muchas luces encendidas, luce apagado y nostálgico
Por la luz que nunca más ha de alumbrar
Cierro los ojos y evoco décadas atrás
estas fechas cuando mientras jugaba,
en la radio de mamá se escuchaba
“I wanna wish you a merry Christmas
From the bottom of my heart”
Y aunque parece que fue ayer
Que lejanos han quedado esos momentos
He perdido más que mi niñez e inocencia
He perdido trocitos de felicidad y amor
El short rojo, los juguetes de madera
Las esferas rojas de mi árbol dorado
La juventud de mis padres
Y el tropel de la bestia mular que montaba el abuelo
Abro los ojos y me reprocho no haberlo
acompañado en sus últimas tardes
sobre la banca del parque, viendo pasar a la gente
Siendo hombre, no comprendí que estaba
enfermo de soledad
Y aunque nunca lo desprecié o maldije,
sé que puede espantarle las moscas del olvido
Él se ha ido y ya nada puedo hacer
Mengua adolorida la tarde
Crispa el cielo y también llora
- Autor: Juan Beltrán ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2024 a las 19:30
- Comentario del autor sobre el poema: Visiten mi página web: www.jbeltran.art
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., JUSTO ALDÚ, El Hombre de la Rosa
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