Sudor y sangre corrían por su frente,
Solo, ante una multitud creciente.
Una sonrisa incomprendida
Inmune al dolor de los clavos
Pues Él mantenía su mirada fija
En una persona que lloraba por ambos.
Firme ante su destino desdichado
Su presencia le evocó recuerdo pasados
De cuando estaba en sus brazos,
De un frio portal sin luz
De la misma madera que aquella cruz.
De su inocente llanto,
Que ella acalló con el cariño de su tacto.
Ese calor de su madre
le volvió a resguardar
Dándole fuerzas una ves más
Pues ahora era Él quien le debía consolar.
- Autor: MdM ( Offline)
- Publicado: 9 de diciembre de 2024 a las 01:43
- Comentario del autor sobre el poema: Poesía de mi hija Isabel con 17 años.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Pilar Luna, alicia perez hernandez, Dr. Salvador Santoyo Sánchez
Comentarios1
Pues que tu hija no deje las letras. La mecha ya está encendida.
Saludos.
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