En un inicio, mis pensamientos solo eran polvos estelares y la chispa era mi inteligencia, un eco se dobló en la pesada oscuridad, pero bajo este ahora puedo con mis manos tejer las estrellas como si de poemas se tratasen. La eternidad con un susurro me decía que del abismo nace el vuelo, entonces mi corazón voló a la luna.
Entonces el silenció quebró su pureza y mi castidad quedó en el ayer, brotaron cánticos ardientes, capaces hasta de encender galaxias, el infinito y los suspiros caben en nuestras almas y en cada átomo el universo danza.
Somos los hilos en el telar del mundo, en un lugar donde nada perece, vimos renacer estrellas caídas, donde el alba no disipa la noche, y el sol aún sueña en su letargo.
Tú y yo somos la luz que abraza la sombra, que abraza todo, un eco que trasciende los siglos, pues nuestro canto es inmortal, el latido del universo es extendido al infinito el mismo que cabe en tu pecho, el mismo con el que viajo y sueño.
- Autor: Eros Corzo Camacho ( Offline)
- Publicado: 9 de diciembre de 2024 a las 02:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Josué Gutiérrez Jaldin, alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa, Violeta
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