Cristal y Desvelo: Ira ante la Lluvia Eterna

Milber Fuentes

El moro, creciente en su tamaño,

ve desesperado miles de perlas transparentes

que mueren al estrellarse

contra el cristal que le pertenece,

como si el mundo mismo se desmoronara ante sus ojos.

Pero pierde el control,

y la ira lo consume:

el fuego dentro de él devora toda razón.

No puede concebir que esas perlas

logren atravesarlo,

porque el cristal es su propio universo,

y él se ha creído dueño del cielo.

Pero afuera sigue lloviendo,

la lluvia no se detiene.

Es la persistencia de la vida que resiste

al ego, al deseo,

a la furia que intenta modelar la realidad,

y mientras él se ahoga en su tormenta,

la lluvia continúa,

impasible, con su voz de eternidad.

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