Ella es una mendiga, necesita dinero, quiere sobrevivir, necesita comida.
Sube a los buses con un bebé en brazos en cada parada en cada esquina.
Su vida no es como la tuya, no es como la mía, su suerte se esfumó cuando nacía.
Su rostro demuestra cansancio, consigo lleva la fatiga que no la suelta todo el día.
Su misión es no dejar que muera de hambre su hijo que tiene la barriguita vacía.
Unas monedas junta en sus bolsillos con el paso de las horas gracias a la gente.
Duerme y se levanta con una tristeza, casi no se alimenta, vaga bajo el sol ardiente.
Protege a su niño con una tela trasparente, las personas la juzgan por como vive.
Ella no tiene la culpa de que le toque esa suerte, sus padres no la quisieron.
Quedó embarazada de un hombre extraño sin escrúpulos que de ella abusaba.
Lleva todo el dolor a cuestas callada, vive sola con su hijo en un pequeño cuarto.
Hoy mañana y pasado hará lo mismo, deambular por las calles sin rumbo ni destino.
Caminará calle por calle, subirá a los buses de vez en cuando pidiendo limosna para su pequeño e inocente hijo.
- Autor: EMBAR (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de diciembre de 2024 a las 23:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Josué Gutiérrez Jaldin, Mauro Enrique Lopez Z., El Hombre de la Rosa
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