Por sendas infinitas, alma mía,
Hallé un portal donde el tiempo se extingue.
Allí, en un Edén de luz y alegría,
A Hércules, mi fiel amigo, distinguí.
Con saltos y ladridos, cual niño feliz,
Corrió a mis brazos, mi alma a consolar.
En aquel instante, cesaron mis dolores,
Y juntos volvimos a empezar a andar.
Por verdes praderas y dorados caminos,
Ascendimos juntos, sin temor alguno.
En cada abrazo, mil promesas divinas,
Y en cada caricia, un amor eterno.
Mas el sueño se rompe, y despierto llorando,
Con el alma partida y el corazón roto.
Aunque la vida sigue, mi amor sigue volando,
Hacia aquel Edén donde mi fiel está esperando.
- Autor: Solitario del Silencio. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2024 a las 17:24
- Comentario del autor sobre el poema: Palabritas dedicadas a mí Perro Hércules que me visitó en sueños. Haciéndome pasar un hermoso momento. Y dejándome triste, esperando... Nuestro reencuentro.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, ElidethAbreu, nachosol, Mauro Enrique Lopez Z., Andrea-R, EmilianoDR, El Hombre de la Rosa, pasaba
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