En las hondas cavidades del silencio,
donde el eco se encuentra consigo mismo,
allí nace el lenguaje del alma,
un susurro profundo, eterno abismo.
La noche extiende su manto oscuro,
y las estrellas murmuran canciones,
cada luz un fragmento de tiempo,
cada sombra, un puñado de emociones.
El viento acaricia las hojas del mundo,
como quien busca consuelo en el tacto,
y yo, en mi rincón solitario,
escribo un poema que nace del acto.
El acto de amar sin fronteras ni límites,
de soñar despierto en el umbral del querer,
de entregarme entero a la danza infinita
de los días que pasan sin dejar de llover.
Lluvia de recuerdos, tormenta de anhelos,
ríos que arrastran mi ser hacia ti,
donde el corazón, aún temeroso,
se atreve a ser libre, se atreve a latir.
Y si acaso el tiempo apagara la llama,
y el polvo cubriera los pasos dados,
que quede este verso tallado en la calma,
testigo eterno de dos mundos cruzados.
Oh, vida que en su fragilidad se eleva,
y en cada lágrima forja un poema,
sigue danzando, guiando mi alma,
hasta
el final de esta infinita escena.
- Autor: Daniii (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2024 a las 10:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., JUSTO ALDÚ, ElidethAbreu, El Hombre de la Rosa
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